El noveno álbum del compositor experimental Tim Hecker, Konoyo, se grabó en gran parte durante varios viajes a Japón, donde colaboró con miembros del conjunto Tokyo Gakuso, en un templo en las afueras de Tokio. Tanto en textura como en intención, Konoyo evoca un estado de ánimo sombrío y ceremonial, impregnado de ritual y arrepentimiento. Las visiones revolotean y se desvanecen; los sueños brillan y decaen.