Esta vez, además de reinterpretar las composiciones de Wu para una banda en vivo, El Michels Affair rinde homenaje a la producción y la niebla sonora que hacen que el ritmo de RZA sea tan reconocible. El productor y director de banda Leon Michels grabó el álbum de forma completamente analógica, a veces pasando por 6 generaciones de cintas antes de que estuviera listo para la mezcla, lo que le dio a Return to The 37th Chamber su propio sonido nebuloso. Para aumentar la fidelidad única, el disco está plagado de momentos psicodélicos, sintetizadores a lo "John Carpenter", guitarras de heavy metal, trompetas triunfantes e instrumentos tradicionales chinos que compensan la falta de la voz superlativa de Wu. De principio a fin, es un viaje oscuro que recorre la línea entre la estética hip-hop atemporal de RZA y el alma cinematográfica por la que El Michels Affair se ha hecho conocido.