A Moon Shaped Pool sigue los ritmos exploratorios y las texturas de su predecesor, The King of Limbs. El quinteto de Oxford es tan directamente accesible y bellamente melódico como nunca antes, y tan complejo, inquietante y tan apasionante como siempre. Lleno de cuerdas cinemáticas, guitarras detalladas, piano quejumbroso y la voz siempre cruda de Thom Yorke, el álbum suena fresco: la culminación de todo lo que la banda ha hecho antes.