Nuevo y sellado.
En este disco de Gabriel Garzón-Montano no hay productores externos, ni escritores fantasmas, no hay trucos ni juegos, nadie más: sólo Gabriel. Esto no sorprenderá a quienes han seguido a GGM desde el 2014. Agüita, su primer lanzamiento para Jagjaguwar, es una secuencia de propuestas increíblemente diversas que van desde himnos trap hasta baladas art pop repletas de cuerdas: un autorretrato prismático, personal y universal a la vez. El artista está presente y en su forma definitiva. La capacidad de Garzón-Montano para ejecutar una amplia gama de estilos musicales es su arma secreta, por lo que no es de extrañar que se enoje ante la perspectiva de establecerse en cualquier género. "El género nunca ha sido una consideración", dice. “La idea de género utiliza el miedo al fracaso como base. El género pone la música en una caja. Este álbum es antigénero. Anti-miedo. Anti-caja”. Lo que queda es un viaje ultrapersonal a través de los tres personajes distintos que constituyen la personalidad de GGM: el elegante protagonista, el melancólico impresionista y el creador de éxitos latinos urbanos.